Los millones de ojos de SOMACK le transmitían las vida diaria de los ciudadanos de Ciudad Kardine a sus servidores. Cada dí...



Los millones de ojos de SOMACK le transmitían las vida diaria de los ciudadanos de Ciudad Kardine a sus servidores. Cada día los observaba y cada día se cuestionaba su misión. Sus procesadores eran incapaces de comprender porque debía proteger a una especie tan propensa a autodestruirse.

El mismo estudio en el que los jóvenes hechiceros lo encontraron, fue el mismo estudio en el que despertó por primera vez. A...



El mismo estudio en el que los jóvenes hechiceros lo encontraron, fue el mismo estudio en el que despertó por primera vez. Aunque aquella vez el estudio tenía claras señales de haber sido destruido por el tiempo. Ahora la cortina no eran unos simples jirones, las cuatro patas del escritorio se encontraban en su lugar y la ventana no era inexistente. 

Atraviesas la calle a las seis de la tarde, el sol apenas era una franja roja que se ocultaba tras los edificios. Un automóvil pasó por de...



Atraviesas la calle a las seis de la tarde, el sol apenas era una franja roja que se ocultaba tras los edificios. Un automóvil pasó por delante tuyo, después de que el ruido de sus llantas se apagó, te quedaste como la única persona que recorría la calle. Te gusta recorrer esa calle por lo calmada que es. Te sientes en calma por la tranquilidad del lugar.

Llegó el día en el que decidió decirle al príncipe lo que sentía. Le dijo cuánto le gustaba y las aventuras que quería vivir a su lado. E...


Llegó el día en el que decidió decirle al príncipe lo que sentía. Le dijo cuánto le gustaba y las aventuras que quería vivir a su lado. El príncipe lo escuchó pacientemente antes de responder.

Hace mucho tiempo, en una época olvidada por los hombres pero que las estrellas disfrutan recordar en cada una de sus danzas nocturna...




Hace mucho tiempo, en una época olvidada por los hombres pero que las estrellas disfrutan recordar en cada una de sus danzas nocturnas, vivía un demonio.

El demonio no había nacido así, antes había sido un joven hechicero con habilidades que sorprendían a sus iguales. Podía crear castillos de cristal con un movimiento de sus manos, con un susurro suyo las nubes grises de tormenta se diluían. Tanto reyes como plebeyos acudían a él por ayuda, la cual no negaba a menos que hubiera fines injustos detrás de las peticiones.

Hola a todos. He estado ausente por varias semanas porque mi vida ha cambiado mucho en esas semanas y fue abrumador. Fue extraño. Digamo...

Hola a todos.

He estado ausente por varias semanas porque mi vida ha cambiado mucho en esas semanas y fue abrumador. Fue extraño. Digamos que mi vida era como un cubo Rubik a medio armar, algunas partes estaban en orden, pero otras era un desastre. Tuvieron que pasar unas cuantas cosas y todo cambio y mejoró, pero esa historia para otra ocasión.

Por el momento, todo esta en orden. Aunque tengo un poco más de trabajo por lo que no podré publicar constantemente, de hecho lo haré cada dos semanas. Lo siento. Espero que sea algo temporal en lo que me acostumbro a los nuevos cambios. Haré todo lo posible por regresar a la frecuencia habitual.

A partir de esta semana comienzan de nuevo los cuentos.

Saludos.

Temo informar que no podré publicar en las próximas semanas. Por el momento estoy pasando por una situación en la que casi no tengo...

Temo informar que no podré publicar en las próximas semanas. Por el momento estoy pasando por una situación en la que casi no tengo tiempo para escribir. No es nada grave pero necesito poner un poco de orden para tener ese tiempo extra.

Espero que esta pausa termine pronto y espero recibirlos con algo que haga valer la espera. 


No importaba cuanto tocara el sillón reclinable en el que estaba sentado, Sihla Beras no podía deshacerse de la sensación de irrealidad qu...



No importaba cuanto tocara el sillón reclinable en el que estaba sentado, Sihla Beras no podía deshacerse de la sensación de irrealidad que aumentaba el blanco de la habitación. Gabinetes blancos colgaban de muros de color blanco, unas luces blancas se reflejaban estáticas sobre las baldosas del suelo del mismo color, incluso el sillón en el que estaba sentado era de un color blanco. Cualquier otro color parecía haber sido expulsado del mobiliario, relegándolo a los líquidos de las botellas que había en los anaqueles.

—¿Por qué aceptaste salir conmigo? —dijo Rebeca. El rostro de Rebeca era iluminado por la luz del sol que atravesaba los sucio...



—¿Por qué aceptaste salir conmigo? —dijo Rebeca.

El rostro de Rebeca era iluminado por la luz del sol que atravesaba los sucios vidrios de las ventanas. Alan no podía dejar de ver sus ojos almendrados, había un matiz de tristeza ocultándose en ellos. Eran los únicos que quedaban en el salón, las clases habían terminado.

—Porrima-985. Este es Zola Varska desde Spica-52. Por favor respondan. Zola aguardó unos minutos en espera de respuesta. Al no escuchar...



—Porrima-985. Este es Zola Varska desde Spica-52. Por favor respondan.

Zola aguardó unos minutos en espera de respuesta. Al no escuchar volvió a hablar al micrófono del ansible. Seguía a la espera de una respuesta. Había pasado un año desde que las comunicaciones provenientes de Porrima-985 dejaron de escucharse y comenzaba a aumentar su intranquilidad. Al inicio pensó que el silencio se debía a la tormenta de asteroides que había ocurrido el año pasado. Era posible que un asteroide hubiera dañado la antena del ansible, sin embargo, era poco probable que no lo hubieran reparado desde hace un año.

La antigua mansión Eridon era conocida por todos en la ciudad. Cualquiera podría decirte la dirección en la que debías caminar si quisieras...



La antigua mansión Eridon era conocida por todos en la ciudad. Cualquiera podría decirte la dirección en la que debías caminar si quisieras encontrarla, aunque no tardarían en contarte los rumores que la rodeaban.

Hoy les tengo malas noticias. Recuerdan que hace unos meses les dije que me sería difícil publicar historias frecuentemente. He tratado de n...


Hoy les tengo malas noticias. Recuerdan que hace unos meses les dije que me sería difícil publicar historias frecuentemente. He tratado de no fallarles, pero esta vez no me ha sido posible y mañana no habrá historia. 

Ha sido una mezcla de falta de tiempo y que la historia es un poco complicada. Porque los personajes de esa historia los cree desde hace tiempo pero sentía que la historia no les hacia suficiente justicia tuve que reescribir fragmentos, incluso todavía no tiene final. 

Pero pueden despreocuparse, la siguiente semana podrán leerla. Mientras piden disfrutar su miércoles sin pensar "¡Maldicion, no podré salir porque hay nueva historia de Alejandro!"


Klaus se mezcló entre la masa de gente que se congregaba frente al castillo de Thendor. Llevaba una capa que le cubría la mayor parte d...



Klaus se mezcló entre la masa de gente que se congregaba frente al castillo de Thendor. Llevaba una capa que le cubría la mayor parte del rostro y se había cortado el cabello, no quería que la gente lo reconociera. Probablemente su tío tenía espías buscándolo. Resa le había dicho que no debía ir, pero Klaus había insistido, quería saber qué era lo que su tío planeaba. 

Arturo observaba el cuerpo de su mujer convulsionarse nuevamente. Miraba con horror sus dedos y su boca crisparse para después relajarse....



Arturo observaba el cuerpo de su mujer convulsionarse nuevamente. Miraba con horror sus dedos y su boca crisparse para después relajarse. Ella gruñía y resoplaba, de su boca espumarajos de baba se deslizaban.

–Buenas noches –dijo la mamá de Simon a la vez que presionaba el interruptor y cerraba la puerta tras ella.  En cuanto ...




–Buenas noches –dijo la mamá de Simon a la vez que presionaba el interruptor y cerraba la puerta tras ella. 

En cuanto salió su mamá, la oscuridad se adueñó de la habitación, excepto en aquellas partes iluminadas por la luz de luna que entraba a través de las cortinas. La mirada del Simon recorrió fugazmente su habitación temeroso de encontrar a Él observándolo. No lo encontró, aunque no se sintió tranquilo. Después se apresuró a cubrirse con las cobijas la cabeza y cerró con fuerza sus ojos con la esperanza de que el sueño llegará lo antes posible. No quería permanecer más tiempo despierto en la oscuridad. 

A sus nueve años, Simon no debía temerle a la oscuridad. Ya era lo suficientemente grande como para saber que la mayoría de los horrores que habitan en la oscuridad no son más que productos de la imaginación, como les decía su padre. Sin embargo, estaba seguro de que si su papá pasara una noche en su habitación dejaría de creer en en los “productos de su imaginación”. 

No supo en qué momento el ansiado sueño llegó a él y le permitió relajarse. Tampoco supo qué fue lo que lo hizo despertarse. 

En cuanto abrió sus ojos y se percató de que aún era de noche, sintió como el miedo comenzaba a deslizarse por él. Pensó en cerrar sus ojos de nuevo y esperar que el sueño regresara. No lo hizo. Tenía curiosidad por saber si Él había regresado. 

Lentamente enfocó su mirada hacia el otro extremo de habitación y lo vio. 

Cerca de la ventana, había un anciano entre las sombras. Simon no podía distinguir los rasgos de su cara. Sintió su piel erizarse por el miedo. Ahí estaba de nuevo Él. No sabía lo que quería o qué era. Simon nunca había tenido el valor para hablarle o lanzarle algo. 

El anciano llevaba apareciendo en su cuarto desde hace dos noches. No hacía nada más que observarlo desde las sombras. La primera noche que lo vio, Simon había corrido hacia la habitación de sus padres asustado. Después de asustar a sus padres, su papá lo había llevado de nuevo a su cuarto donde ya no había ningún anciano y le había explicado sobre cómo la oscuridad podía hacerte creer ver cosas. 

Decepcionado por la reacción de sus padres. Simon decidió lidiar con el anciano como mejor podía. Cerraba los ojos y se cubría con las sábanas esperando que llegara la mañana para que el anciano desapareciera. En noches anteriores había funcionado, esta no sería diferente. 

Pasados unos segundos, sintió el borde su cama hundirse. Era como si alguien se hubiera sentado a su lado. Al instante supo quién pudo haberse sentado. Su corazón se aceleró. Se quedó quieto con la esperanza de que el anciano se marchará. Su respiración había aumentado, trató de calmarse pero no podía. 

Después de lo que le pareció a Simon fueron horas; el peso que estaba sobre la cama desapareció. Simon se tranquilizó aunque todavía no se decidía a quitarse las cobijas de encima. Temía que el anciano siguiera por su habitación. Finalmente, la curiosidad venció y retiró las cobijas de él. Al instante se arrepintió de haberlo hecho. 

Sobre él flotaba el anciano. Sus cuencas vacías rezuman oscuridad, su piel seca y tirante como la de una momia se estiraba para permitirle a su boca abrirse. En su interior de su boca los dientes amarillentos y de forma irregular protegían una lengua de color negro, detrás de la lengua salió un grito que congeló la sangre de Simon. 

El grito de Simon murió junto con él.

Para las personas como Scott Clarke la Fortuna no era una dama caprichosa que, con la misma facilidad con la que daba algo, t...



Para las personas como Scott Clarke la Fortuna no era una dama caprichosa que, con la misma facilidad con la que daba algo, también lo arrebataba; para las personas como Scott Clarke la Fortuna era la excusa de los débiles para dejar de preocuparse por sus decisiones. 

Él era un hombre de ochenta años de mirada fría y calculadora, su cabello era de un blanco acerado. Aunque viejo, tenía la presencia necesaria como para que el presidente en turno, desviara la vista si se encontraban en algún evento público. Era un hombre que provocaba miedo en todos, porque su poder financiero lo volvía casi el amo del país. 

Clarke estaba convencido de que su ascenso hasta convertirse en uno de los inversionistas más influyentes de los últimos años, había sido el producto de su esfuerzo. Su nombre se había vuelto un sinónimo de poder. Cualquier empresa en la que decidiera invertir, se volvía exitosa. Se negaba a creer que su vida era comandada por fuerzas superiores a él. 

Él era el constructor de su propia vida. 

Sin embargo, el hecho de encontrarse postrado en una cama dentro de su mansión, despojado de su poder como persona, reducido a un simple anciano enfermizo, conectado a numerosos aparatos que trataban de alargar su vida; le demostraba que aún había algo más grande dispuesto a demostrarle que su vida no era suya. 


La vejez le había arrebatado el control que creía poseer sobre su vida y se preparaba para darle su golpe final, derrumbando todo por lo que él había trabajado. Clarke sabía que una vez muriera, sus familiares se abalanzarían sobre su imperio como buitres sobre un cadáver fresco, destruyendolo en unos meses. No los culpaba. Él habría hecho lo mismo, aunque había tenido la inteligencia suficiente para eliminar las oportunidades de sus oponentes y conseguir la mayor parte del imperio para sí. 


La vejez podía tratar de cantar victoria, pero Clarke no estaba dispuesto a dejar que alguien le ganara, incluso si ese alguien era la naturaleza. Por ello recurrió a lo único que igualaba a la naturaleza en milagros y poder: la tecnología. 

Pasó gran parte los últimos años invirtiendo eninvestigaciones relacionadas con el cerebro y las computadoras. De entrada sabía que no existía un método para preservar su cuerpo, éste se degradaría progresivamente y aunque la criogenia pareciera una opción, no le daba lo que necesitaba. Ya que significaría desaparecer por un tiempo en lo que la ciencia mejoraba, pero no tenía garantía alguna de que su imperio continuaría sin su dirección. Lo que buscaba era alargar la existencia de su mente. Quería seguir controlando su reino. 

La solución le llegó de Ryletech, una empresa creada veinte años atrás y cuyas teorías habían atraído la atención de diferentes académicos del mundo de la ciencia, pero que no habían avanzado mucho hasta que Clarke invirtió en sus investigaciones. Después de unos años dieron frutos y Clarke sería el primer humano cuya mente sería llevada a una computadora y la primera computadora en controlar un imperio financiero. 

Se aferraría a la vida, tanto como le fuera, no le importaba el precio y le demostraría a la naturaleza que él seguía siendo el que controlaba su vida.

Lucille no tenía mucho tiempo para recuperar el aliento. Llevaba recorridas varias calles de la ciudad en la mayoría había sido atacada por...



Lucille no tenía mucho tiempo para recuperar el aliento. Llevaba recorridas varias calles de la ciudad en la mayoría había sido atacada por demonios deseosos de probar un poco de su sangre. Su cuerpo estaba comenzando a cansarse y la ola de demonios que asolaba la ciudad no parecía reducirse. Tenía que llegar lo más rápido posible al cuartel para poder reforzar las defensas de la ciudad.

Ximena sentía su mano calentarse gracias al vaso de unicel con café que sostenía. Una estela de vapor se alzaba del vaso. La lluvia había...



Ximena sentía su mano calentarse gracias al vaso de unicel con café que sostenía. Una estela de vapor se alzaba del vaso. La lluvia había parado y algunas gotas caían desde los toldos de los comercios de la calle, las luces de de la ciudad se reflejaban en las mojadas superficies del asfalto. Ximena, al igual que unos pocos valientes, había salido de la cafetería apenas la lluvia había acabado, sin preocuparse por si la lluvia reanudaba su ataque contra la ciudad.

La llanta del viejo Chevy azul emitió con un sonoro tronido para después ser seguida por el silbido del aire al escapar de la llanta. C...



La llanta del viejo Chevy azul emitió con un sonoro tronido para después ser seguida por el silbido del aire al escapar de la llanta. Cristóbal guió el automóvil al acotamiento de la carretera para revisar la llanta. Lo estacionó bajo un raquítico árbol que crecía a un lado de la carretera.

Me apena informar a mis lectores que hoy no habrá cuento. Lo siento, pero las vacaciones se acercan y no he tenido tiempo de pensar en una n...

Me apena informar a mis lectores que hoy no habrá cuento. Lo siento, pero las vacaciones se acercan y no he tenido tiempo de pensar en una nueva historia. 

Imagino que deben de estar sufriendo por que no publicaré hoy. Pero puedes hacer algo mejor que de tu vida que leer mis cuentos. Deberías salir en la noche y observar las estrellas, y después piensa que desde las oscuridad del universo Cthulhu te observa y espera pacientemente su regreso. 

O puedes pensar en lo pequeño que eres y tu lo poco relevante que eres para el resto del universo. Eso es, nada como una crisis existencial para antes de dormir.

Nos vemos la próxima semana. 

Recorres con un paso tranquilo el pasillo que une la línea 8 con la B de Garibaldi, caminas sin pensar. Te sabes el camino de memoria y...



Recorres con un paso tranquilo el pasillo que une la línea 8 con la B de Garibaldi, caminas sin pensar. Te sabes el camino de memoria ya que es uno de los lugares que frecuentas. El metro siempre ha representado una buena opción para esperar a que el sol se oculte y encontrar algo de comer.

La voz del párroco se apagó, dando por terminada la misa de la tarde. La gente ya libre del formal silencio impuesto por la misa, comenza...



La voz del párroco se apagó, dando por terminada la misa de la tarde. La gente ya libre del formal silencio impuesto por la misa, comenzaba a entablar conversaciones con sus vecinos, a la vez que se levantaban de los bancos de madera para dirigirse a la puerta de la parroquia. Lámparas de araña con luces que imitaban velas y gemas de plástico, colgaban del techo abovedado de la parroquia, iluminando a los asistentes mientras salían; el sol tenía poco tiempo de haberse ocultado.

La sensación de mareo desapareció en unos segundos. A David le tomaba menos tiempo recuperarse después de usar su poder. Las primeras vec...



La sensación de mareo desapareció en unos segundos. A David le tomaba menos tiempo recuperarse después de usar su poder. Las primeras veces que usaba su habilidad para teletransportarse, vomitaba y pequeños temblores le recorrían el cuerpo, evitando que se pudiera parar. Ahora sólo le quedaba un leve mareo que desaparecía en unos segundos.

Viajar en el tiempo siempre pareció una buena idea. Siempre soñé con tener esa habilidad, aunque cuando tenía menos de veinte, sólo era ...




Viajar en el tiempo siempre pareció una buena idea. Siempre soñé con tener esa habilidad, aunque cuando tenía menos de veinte, sólo era para divertirme o ganar apuestas como en Volver al Futuro II, después de los veinte, mis objetivos eran otros, como los de muchos después de los veinte, regresar al pasado y cambiar mi vida. Tomar esos besos que no me atreví a tomar, elegir esos caminos que no tomé por flojera, evitar esos momentos vergonzosos, aunque claro, no lo hacía yo… bueno, era yo, pero no la versión del futuro que podía pasear en el tiempo, era mi versión del pasado, la que no conocía el remitente de los mensajes de texto que guiaban sus pasos o el joven que parecía estar en el momento correcto para darle un consejo.

Para Jonsi era el primer desfile al que asistía y era la primera vez en la que veía tanta gente reunida en un solo lugar. Nunca había im...



Para Jonsi era el primer desfile al que asistía y era la primera vez en la que veía tanta gente reunida en un solo lugar. Nunca había imaginado que tantas personas vivieran en Prylocke. Incluso todos los balcones de los edificios que bordeaban Vía Elgar se encontraban ocupados.

La condesa sonrió. Por el pequeño ojo de buey del camarote se apreciaba un cielo de un azul intenso, ni una nube anunciaba una tormenta...



La condesa sonrió. Por el pequeño ojo de buey del camarote se apreciaba un cielo de un azul intenso, ni una nube anunciaba una tormenta. Se recostó en el sillón de orejas morado y bebió un sorbo de su taza de té.

En el centro de la cancha de basquetball, un pastor alemán y un golden retriever se lanzaban mordidas buscando la garganta de su oponente...


En el centro de la cancha de basquetball, un pastor alemán y un golden retriever se lanzaban mordidas buscando la garganta de su oponente. Sus gruñidos se escuchaban por todo el parque, acompañadas de las palabras furiosas de sus dueñas. Las dos mujeres se encontraban enfrascadas en una riña, sobre qué perro había comenzado, sin preocuparse por detener a los perros. Las dos eran de diferente edad; una parecía una estudiante que había sacado a pasear a su perro antes de regresar a casa y hacer la tarea, la otra era una mujer madura que, tal vez, había decidido pasear al perro de la familia.

Espero que hayan disfrutado del Especial de Navidad. Me divertí escribiéndolo y estresándome con él. No fue fácil pero lo terminé. Para este...

Espero que hayan disfrutado del Especial de Navidad. Me divertí escribiéndolo y estresándome con él. No fue fácil pero lo terminé. Para este momento es probable que ya notaran mi ausencia desde navidad. 

No es nada preocupante, sólo que tomé la resolución de descansar de escribir. Por ello tampoco han habido Miércoles de Minirelatos. Los cuales regresarán en un tiempo, espero que un par de semanas más.

Y esto me lleva al siguiente tema que quería comentar, como tristemente descubrí con el especial de navidad, ya no tengo tanto tiempo como antes para escribir historias semanales, por lo que tal vez ahora sean más espaciados. Sí, el especial lo terminé de puro milagro a tiempo. Trataré de hacer todo lo posible para mantenerme constante y evitar miércoles sin publicar, espero poder contar con su comprensión. 

Uno de los motivos es que mis actividades diarias me distraen demasiado de escribir historias y otra es porque hay un proyecto nuevo que traigo entre manos y necesito tiempo para ponerlo en forma. En cuanto lo considere prudente les contaré más.

Eso sería todo. 

En cuanto este listo para regresar al negocio comenzaré a publicar. :D
Historias escritas por Alejandro Galindo. Con tecnología de Blogger.