Los dos chicos se reconocieron desde las esquinas opuestas de la calle, sin detenerse a pensar cada uno corrió a los brazos del otro y se...


Los dos chicos se reconocieron desde las esquinas opuestas de la calle, sin detenerse a pensar cada uno corrió a los brazos del otro y se fundieron en un abrazo apasionado, la gente a su alrededor seguía su camino, ocupados en sus propios asuntos. Ninguno de los que pasaba siquiera pensaba en lo que significaba ese abrazo para ellos. Nadie se imaginaba todo lo que habían pasado para terminar en ese abrazo.
Historias escritas por Alejandro Galindo. Con tecnología de Blogger.