Hola Eran sólo cuatro palabras. Presionó 'Enter' saboreando su posible triunfo por adelantado. Al instante el mensaje fue ...

Miércoles de Minirelatos: 23:49

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Hola

Eran sólo cuatro palabras. Presionó 'Enter' saboreando su posible triunfo por adelantado. Al instante el mensaje fue enviado. Se sintió satisfecho.
Le había costado menos trabajo conseguir su Facebook que conseguir el valor para intentar hablarle. Fue gracias al anhelo de conocerla que pudo enviar el mensaje.

Aunque ya la conocía, al menos en cierta forma. Los dos estudiaban en la misma escuela pero no en el mismo salón. Se habían encontrado ocasionalmente en los pasillos y tenían amigos en común. Pero él buscaba algo más. Quería comenzar una amistad con ella y esperar que las cosas maduraran lo suficiente para llegar al siguiente nivel. No perdía nada con intentarlo. 

Ella vería su mensaje. Él había esperado pacientemente a verla conectada. Incluso había aguardado unos minutos antes de enviarle el mensaje. No estaba seguro de si ella no sólo se hubiera conectado por una rápida revisión de las publicaciones de sus amigos. 

Después de enviar el mensaje, una oleada de miedo recorrió su espina dorsal con violencia.

Ella vería su mensaje. 

Hace unos momentos, el deseaba que ella viera su mensaje. Ahora tenía miedo. ¿Qué pasaría si lo leía? ¿Le respondería o lo ignoraría? Apenas y se conocían. Tantas preguntas rebotaban con violencia entre su cabeza y ninguna le resultaba atractiva.  Justamente había elegido hablarle por la red social, para evitar una incómoda conversación frente a frente en que se sentiría así.

Una respuesta apareció en su pantalla, cortando sus dudas al instante.

Hola

Él suspiro aliviado. Ella le había respondido. La simple repuesta le había insuflado vida a sus esperanzas. No tardó mucho en contestar.

Como estas?

No sabía cuál era la mejor forma de continuar la conversación por lo que se decidió por algo sencillo y cortés. Esa pregunta también le permitiría encontrar algún tema con el podrían conversar.

Ella no respondió al instante. Él observó asustado su estado de conexión, ella seguía conectada incluso había publicado algo en su muro. Trató de distraerse viendo videos. Confiaba en que ella respondería en algún momento. Y lo hizo, aunque para decepción de él fue quince minutos después y la palabra rebotó en el vacío del mensaje.

bien

Se negaba a darse por vencido. Su mente buscó algún tema sobre el que pudieran conversar. Recordó el ensayo para la materia de Economía. Aunque iban en salones diferentes compartían al mismo profesor y sabía que todos los estudiantes del profesor Valdés sufrían con un ensayo de cinco cuartillas.

como vas con el ensayo de Valdez?

La animación de unos puntos que parpadeaban le indicaba que ella estaba por responder. 

Los puntos desaparecieron y no dejaron un mensaje tras de sí. Después volvieron a aparecer y este vez si dejaron el mensaje.

algo complicado
pero tenemos tiempo

Sin demorarse el respondió, sus dedos bailaban entre las teclas.

es la ventaja jajaja
Aunque no debemos confiarnos sino al final
 terminaremos haciendolo un día antes

Ninguna respuesta se perfiló para aparecer. Continuó observando videos para distraerse. Un poco cansado por la falta de respuesta, decidió tratar de reanudar la conversación.

Te gusta los juegos del hambre?

Ya sabía la respuesta. Muchas de las publicaciones de ella eran sobre esa saga. Aunque no era fanático de la saga, había leído los libros y esperaba que ese tema le permitiera seguir hablando.

Si

La respuesta navegó solitaria en la pantalla, perdiéndose en la desesperación que comenzó a invadirlo. Él hizo otros intentos por seguir manteniendo la conversación con preguntas, pero respuestas monosilábicas continuaban apareciendo. A pesar de ello, él no cejaba en sus intentos por seguir conversando. Finalmente ella escribió un mensaje de más palabras.

me esperas?
voy a salir
te aviso cuando regrese

Él la espero, tenía sueño pero prefirió esperarla. Le dejo un breve mensaje con la esperanza de que le recordara su existencia.

ok

Él sintió que a ella realmente le importaba la conversación, así que la esperó. Llegó la medianoche y la única señal que ella le había dado había sido estar conectada por cinco minutos para después desconectarse. Después de un tiempo él decidió irse a dormir.
A la mañana siguiente, revisó la conversación. Confiaba en que ella le hubiera intentando hablar. Lo único que vio fue un texto que aparecía debajo de su mensaje:

Visto: 23:49

Ella había visto su mensaje antes de él se desconectará y aún así no le habló. En lugar que la derrota lo aplastara, fue una señal de que debía intentarlo de nuevo. A lo mejor la había aburrido o ella estaba ocupada. En la noche lo volvería a intentar.

En el fondo sabía que sólo había una respuesta: Ella no tenía ningún interés en él. Sin embargo, la alegría de haber podido hablar con ella por unos minutos desgarró esa respuesta y esparció los restos. Su mentira era mejor.


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Historias escritas por Alejandro Galindo. Con tecnología de Blogger.